Para que una sustancia sea considerada como una droga debe tener ciertas características: al momento de consumirla debe alterar o modificar una o más funciones psíquicas del organismo; inducir en las personas la autoadministración debido al placer que causan; el dejar de consumirlas genera un malestar somático o psíquico (dependencia física o nerviosa).
Se clasifican según sus efectos farmacológicos
Según sus efectos en el sistema nervioso central: dentro de ésta están los depresores o psicolépticos à inhiben la función del sistema nervioso central, haciéndolo más lento y disminuyendo el ritmo de las funciones corporales. Entre sus efectos están la relajación, sedación, somnolencia, sueño, analgesia e incluso coma. Ej.: alcohol, opiáceos (heroína, morfina, etc.) y psicofármacos. Estimulantes o psicoanalépticos à generan activación general del SNC, incrementando las funciones corporales. Estimulantes mayores (cocaína o anfetaminas) y estimulantes menores (nicotina o xantinas: cafeína). Alucinógenos o psicodislépticos à perturbadores. Estado de conciencia alterado, deforman la percepción y evocan imágenes que los sentidos en realidad no están percibiendo. Ej.: drogas de síntesis (éxtasis).
Según su nivel de adicción: esto depende del potencial de adicción de cada droga. La más alta es la nicotina con 100/100. La marihuana tiene 21.16/100 y el alcohol tiene 81.85/100, entre otras.
Drogas duras y blandas: Duras (drogas altamente adictivas y causan graves daños a la salud) à cocaína, opiáceos, alcohol, anfetaminas. Blandas (no tienen un riesgo grave para el consumidor) à derivados del cannabis (marihuana, hachís, etc.), cafeína.
Drogas legales e ilegales: dependen de las restricciones legales establecidas en cada país. Legales à alcohol, tabaco, psicofármacos y otras como morfina. Ilegales à son a las que se accede a través del mercado negro (derivados del cannabis, heroína, metadona, cocaína).